Con ocasión de los 47 años del golpe cívico-militar del 11 de septiembre de 1973, conversó con los panelistas habituales del programa «Primera Línea» en Radio Nuevo Mundo Patagonia, el actual concejal de la comuna de Puente Alto (Región Metropolitana), César Bunster Ariztía, quien fuera integrante del comando que intentó el magnicidio del dictador Augusto Pinochet,
«Estamos a casi medio siglo de la gesta del pueblo chileno que significó el triunfo del presidente Salvador Allende y el gobierno de la Unidad Popular hasta el cruento golpe de estado del 73, los mil días que el pueblo tuvo en sus manos el gobierno para iniciar transformaciones fundamentales en favor de las grandes mayorías», recordó el dirigente del Partido Comunista».
«Es importante recordar estas fechas precisamente ahora cuando nuestro pueblo ha retomado la iniciativa para continuar los cambios necesarios y dar la batalla contra el sistema socio político, económico y cultural del neoliberalismo instalado a sangre y fuego en nuestro país».
«¡Cómo no va a ser importante que el 25 de octubre, cuando se cumple precisamente un año de la concentración más grande de personas en nuestro país en la plaza de la Dignidad! (se calcula más de un millón y medio de participantes), reclamando en las calle de todo Chile sus derechos, el fin de los abusos y la inequidad»
«El hecho de estar ad portas del plebiscito de entrada a un proceso constitucional y ante las posibilidad de elegir el mecanismo más democrático para construir una nueva Constitución no es una concesión de nadie, es el fruto de la lucha de la gente en la calle. Hace apenas un año sólo los comunistas hablábamos de redactar una carta magna para Chile, éramos considerados unos locos. Era una quimera, pero el pueblo estimó que era perfectamente posible».
«Daniel Jadue encarna la esperanza de un Chile nuevo, porque también ha logrado hacer cosas que parecían imposible, empezar a romper algunas barreras económicas que impone el modelo actual.Romper esa cadena de lucro parecía impensable, y no sólo eso, sino las demás iniciativas que ha logrado a contrapelo del sistema imperante».
«El pueblo ha logrado señalar -a partir del 18 de octubre- que lo que parecía imposible, es perfectamente posible.Por lo tanto, lo que vamos a hacer el 25 de octubre se lo debemos al pueblo movilizado a lo largo de todo Chile con el costo que ha significado en cantidad de muertos, mutilados, violaciones, torturas, encarcelados y malos tratos. El deber nuestro es votar Apruebo porque es lo que pide la gente a gritos en la calle»
Nuestra población se dio cuenta de que el cambio de la Constitución es fundamental para iniciar -repito- para comenzar a hacer las transformaciones que nuestra sociedad necesita. También es un error pensar que si gana la opción Apruebo, si triunfa la convención constitucional y además logramos elegir a 2/3 de los convencionales así y todo no nos va a llegar a una sociedad igualitaria, justa, vamos a seguir luchando por nuestros derechos. Pero que es un paso trascendental, primero, para deshacernos del sistema neoliberal para iniciar un proceso de desarrollo que consagre derechos para nuestro pueblo para que seamos mucho mas felices. Esa es la envergadura de este plebiscito».
«La política de rebelión popular de masas que impulsó el PC contra la dictadura es una política que surgió luego de muchísimos intentos de forjar la unidad de distintos sectores, cuando ni siquiera se hablaba de la lucha armada, solamente la unidad del pueblo para recuperar la democracia. Todo estos intentos a un altísimo costo porque significaba convivir con la muerte. Recordar que a nosotros y al pueblo de Chile nos costó muchas muertes.Finalmente se ve en la obligación y la necesidad de impulsar una forma de lucha que ya se venía dando el pueblo, rebelarse y resistir con la fuerza la violencia que desplegaba en las calle las dictadura todos los días en el país, Fue una reacción natural del pueblo que el partido la leyó, la asumió y la impulsó después con mucha fuerza»
«En el camino de la RPM, curiosamente, se fue abriendo paso a la unidad que no se había visto hasta entonces. El pueblo, en la medida que empezó a levantarse con más fuerza demostró al resto de la oposición más vacilante que era necesario sumarse a las protestas nacionales, buscar la unidad entre las organizaciones de trabajadores, de pobladores, de estudiantes, del movimiento de los DDHH. Todo ello habla muy bien de nuestro pueblo que supo rebelarse legítima y dignamente contra la dictadura tan oprobiosa».
«El estallido social y después la pandemia han evidenciado que hay ciertos valores que no han podido ser destruidos ni hechos desaparecer por los 17 años de la dictadura y después por sistema heredado que se mantiene hasta la fecha. La solidaridad, la unidad, la capacidad propia del pueblo para organizarse , las creatividad popular son aspectos son aspectos que no han logrado hacer las desaparecer.
«Con las ollas comunes, los comedores populares, la solidaridad entre trabajadores, en las poblaciones nos deben hacer pensar que es posible hacer muchas cosas y cambiar este país y esos valores, incluso sin militancia política, tiene que expresión clara en los partidos y nuestra forma de trabajar hacia el movimiento social y las organizaciones sociales. Ese viraje debe hacerse más real que antes».
«Debemos aprender a trabajar en asambleas, nos cuesta porque no tiene tabla, se toman acuerdos y después por whatsapp se toman resoluciones que surgen después, los ritmos cambiaron, las formas de relacionarnos. Hoy podemos decir, sin falsa modestia, que no hay otro partido político que pueda sacar su bandera y flamearla y que sea aceptada. No somos el blanco de las personas que hablan contra los políticos».
«Allende vive es una consigna que está lejos de ser una consigna vacía y es una verdad. No es casualidad que el 18 de octubre una de más imágenes más reiteradas era la de Allende, junto a la bandera mapuche. Detrás de ella hay ideas fuerzas, hay sueños, esperanzas y anhelos. Su consecuencias y sus convicciones es algo que pervive en la conciencia de nuestra sociedad, especialmente en el pueblo. Lo tiene muy presente y los que lo odian, lo hacen precisamente por sus capacidad ejemplarizadora», concluyó César Bunster