La última encuesta Cadem, publicada este domingo, ofrece una fotografía interesante —aunque no concluyente— del escenario presidencial chileno. En una carrera todavía abierta, con márgenes de error que impiden hablar de certezas, los sondeos comienzan a dibujar el contorno de una disputa que aún no tiene dueños claros, ni en la derecha ni en el oficialismo.
El dato más llamativo es el sorpasso que protagonizó José Antonio Kast sobre Evelyn Matthei en la pregunta de preferencia espontánea. Kast alcanza el 17% frente al 16% de Matthei, una diferencia mínima pero simbólicamente potente. La exalcaldesa de Providencia, quien hasta hace pocas semanas lideraba con holgura los sondeos, aparece ahora como una figura en descenso, debilitada por su indefinición política y la ambigüedad de su rol en Chile Vamos. La irrupción de Kast, con su discurso duro, autoritario y sin matices, parece captar con mayor eficacia el ánimo conservador que se ha incubado en sectores de la ciudadanía.
La disputa en la derecha no está zanjada. Matthei, supuestamente más institucional y contenida, busca representar a la centroderecha tradicional, pero su perfil parece desdibujarse frente a la radicalidad coherente —aunque peligrosa— del líder republicano. La batalla por el liderazgo de la derecha, en este escenario, se convierte en una pugna ideológica: ¿primará el pragmatismo conservador o la reacción autoritaria?
En el bloque oficialista, la sorpresa la dio Jeannette Jara, candidata del Partido Comunista, quien supera a Carolina Tohá en la encuesta Cadem. Jara alcanza un 8% frente al 7% de la exministra del Interior, en una señal que puede interpretarse como un remezón dentro del oficialismo. La ministra, uno de los rostros más visibles del gobierno, parece no lograr consolidar un liderazgo electoral, a pesar de su protagonismo mediático. El ascenso de Jara indica que hay una sensibilidad social más afín a un discurso de izquierda nítido, quizás menos tecnocrático y más conectado con las demandas populares. El fantasma de la Concertación podría ser una mochila demasiado cargada para Tohá.
La encuesta Criteria, por su parte, sigue mostrando a Matthei en primer lugar con 24%, seguida por Kast con 20%, Tohá y Kaiser con 8%, y Jara con 7%. Sin embargo, los márgenes de variación y las diferencias metodológicas entre encuestas impiden lecturas concluyentes. Lo que sí se puede afirmar es que ninguno de los bloques tiene un liderazgo indiscutido, y que la presidencial de 2025 se avizora como una competencia abierta y aún en proceso de maduración.
El dato más elocuente, sin embargo, sigue siendo el 32% que declara no tener preferencias o rechaza a todos los candidatos. Ese tercio del electorado es hoy el verdadero campo de disputa política, y será clave para quien pretenda llegar a La Moneda. En un país donde la desafección y el desencanto con la política siguen marcando la pauta, la tarea no será solo convencer, sino también movilizar. Y para ello se necesitará mucho más que encuestas y sonrisas de campaña: se requiere proyecto, coherencia y una real voluntad de transformación.