
En medio de un clima político enrarecido por discursos alarmistas y visiones distorsionadas sobre la migración, la Fundación porCausa Chile ha dado a conocer un nuevo informe que busca aportar una mirada rigurosa y basada en evidencia sobre la realidad migratoria del país. “Una fotografía estadística comparada”, elaborado por Patricia Sampedro, Diego Chaparro y Gonzalo Fanjul, ofrece un retrato amplio y sereno de un fenómeno que ha sido más instrumentalizado que comprendido.
A 2024, Chile alberga a 1,6 millones de personas migrantes —más del 8% de su población—, concentradas principalmente en la Región Metropolitana. Aunque la proporción es menor al promedio de la OCDE (14%), el crecimiento ha sido vertiginoso: la población migrante se triplicó en menos de una década, en gran parte debido a la crisis venezolana y a la percepción de Chile como un país relativamente estable y con oportunidades económicas.
Pero más allá de las cifras generales, el informe se adentra en ocho dimensiones clave: flujos, distribución, irregularidad, pobreza, bienestar, asilo, seguridad y envejecimiento demográfico. El resultado es claro: la migración no solo no es un problema, sino que podría ser una parte crucial de la solución a los desafíos estructurales del país.
Uno de los aspectos más tergiversados en el debate público ha sido la migración irregular. Según el informe, el 17,5% de los migrantes en Chile están en situación irregular, una cifra inferior a la de países vecinos como Perú o Costa Rica. Los procesos de regularización impulsados desde 2018 han sido eficaces, aunque las trabas al acceso a visas siguen empujando a algunos migrantes hacia ingresos por pasos no habilitados.
Pobreza y vulnerabilidad, pero también resiliencia
La vulnerabilidad de los hogares migrantes es una realidad palpable: un 15,3% vive en condiciones de pobreza multidimensional, con especial impacto en la infancia. Sin embargo, los datos también muestran que, tras algunos años, las condiciones de vida de los migrantes tienden a mejorar sustancialmente, lo que demuestra una capacidad de integración y superación notoria.
Felicidad en contraste con el rechazo social
Uno de los hallazgos más reveladores del informe es que, pese a las dificultades, el 80% de los migrantes declara querer permanecer en Chile y valora la acogida del país. En contraste, el 86% de los chilenos considera que hay “demasiados” migrantes. Una percepción alimentada por campañas de desinformación y pánico moral que poco tienen que ver con la realidad.
Migración y seguridad: mitos peligrosos
La asociación entre migración y delincuencia ha sido explotada por sectores políticos para justificar endurecimientos legales y controles represivos. No obstante, los datos indican que la tasa de criminalidad de la población migrante es proporcionalmente menor a su peso demográfico. Sí existe una sobrerrepresentación en ciertos delitos violentos, pero esta ha sido magnificada en el discurso público para criminalizar a comunidades enteras.
Asilo: el gran vacío del Estado chileno
En otro flanco, el informe revela la precariedad del sistema de asilo en Chile: menos del 3% de las solicitudes son aceptadas, una de las tasas más bajas de América Latina. Barreras administrativas, lentitud burocrática y un desinterés político evidente han dejado este derecho casi sin aplicación práctica.
El futuro demográfico y el rol de la migración
Con una tasa de fecundidad históricamente baja (1,58 hijos por mujer) y una población que envejece rápidamente, Chile enfrenta un «invierno demográfico» que amenaza la sostenibilidad de su sistema de pensiones y de su fuerza laboral. La migración, bien gestionada, puede ser una palanca estratégica para responder a este desafío.
Como señala Gonzalo Fanjul, uno de los autores del informe, “Chile tiene aún margen de diseñar una política migratoria basada en sus propios intereses y en datos racionales, no en percepciones distorsionadas”. Para ello, es imprescindible dejar atrás el uso político de la migración como chivo expiatorio de todos los males y avanzar hacia una gestión moderna, eficaz y respetuosa de los derechos humanos.
La semana de actividades organizada por porCausa Chile, del 2 al 7 de junio, apunta precisamente a ese objetivo: reencauzar la discusión pública sobre la migración desde la evidencia, el periodismo responsable y los derechos humanos. Una conversación urgente en un país que, como tantos otros, tiene en la migración no un problema, sino una oportunidad.