PIÑERA NO FUE UN CAMPEÓN DE LA DEMOCRACIA

POR JORGE BARADIT

Sebastián Piñera no fue un campeón de la democracia. A nadie se le puede celebrar «no haber quebrado la democracia» el 2019, cuando es lo mínimo que se espera de un presidente de la República.

Sebastián Piñera fue un símbolo de todo aquello que una gran parte de los chilenos detesta: un winner, un zorrón, un ambicioso, un aprovechador.
Sebastián Piñera fue básicamente un especulador financiero que no construyó industria alguna, no produjo belleza o bienestar; invirtió, compró, vendió, se movió con especial habilidad en TODOS los resquicios legales, habitó los rincones de la legislación para aumentar su riqueza, usó las empresas zombie (a punto de quebrar) para beneficiarse con regalías tributarias que salían del bolsillos de todos los chilenos, cometió fraudes, movió fondos a paraísos fiscales para no colaborar con sus impuestos en Chile, enfrentó juicios por prácticas antisindicales, demandas laborales, se involucró en proyectos que asesinaban ecosistemas completos, usó su puesto como presidente del país para DOBLAR su fortuna, incluyó a sus hijos en comitivas presidenciales para negocios particulares; como presidente es responsable de casi una decena de muertos, 400 casos de trauma ocular y cientos de casos de violencia y atentados contra los derechos de las personas durante el estallido social.

A Piñera le celebro haber tenido la decencia de decir LO OBVIO, el golpe militar que asesinó , exilió y torturó a cientos de miles de chilenos adversarios políticos, fue en COMPLICIDAD con civiles de su propio sector, gente que incluso perteneció a sus gobiernos y sigue dirigiendo este país.

El que murió no es un “héroe de la democracia”, es un “héroe” de este modelo de vida que nos impusieron con un fusil en la nuca. Un héroe de la ambición, la especulación, el hambre insaciable y la inteligencia puesta al servicio de la depredación. Todo un héroe de la idea que tenía Pinochet para nuestro país.

Murió el hijo del dictador, el “homo pinochensis” que detesta a su progenitor pero que a la vez no pudo evitar ser su heredero más avanzado.

Piñera es la personificación de un modelo que no pide refinamiento, cultura o solidaridad; un modelo bueno para el pillo, para el inhumano, el mentiroso, bueno para unos pocos en contacto con el poder. Un mercachifle de alta gama que no enorgullece a Chile, por el contrario, un payasito peligroso que nos dejó en vergüenza repetidas veces frente a una comunidad internacional que lo miraba y sonreía complacientemente, como Barack Obama cuando Sebastián pidió sentarse en el sillón del pdte, como Trump cuando vio nuestra bandera contenida en la suya, como el canciller alemán cuando escribió “deutschland über alles” en el libro de visitas, como Inglaterra toda cuando le regaló una piedra a la reina Isabel. Estupor. Un multimillonario inculto y chistoso. Un responsable de muertes y mutilaciones que se va impune de cada uno de los crímenes que cometió.

Eso es Piñera: un monumento a la ignorancia y la impunidad de que gozan en Chile los multimillonarios, que pueden estafar, robar, matar, mutilar y quemar sin ninguna consecuencia.
Lo veo sentado tomándose una foto en plaza Dignidad, burlándose de la pandemia y de los sueños de millones de chilenos. Ahí quedarás, para siempre, declarándole la guerra a los necesitados de tu pueblo, ridículo, bajo un monumento vacío.

Jorge Baradit
Febrero 2025

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