
Por: María Paz Infante y Patricio De la Paz – Fotos: Verónica Ortíz DF
El Instituto de Ciencias Alejandro Lipschutz (ICAL), en el centro de Santiago, se ha convertido en el centro de operaciones de Jeannette Jara. La candidata presidencial del Partido Comunista y de la Alianza Humanista da allí la mayoría de sus entrevistas. Este jueves 8 de mayo entra a este lugar pocos minutos después de las 4 de la tarde. Saluda cordial y se sienta en una de las mesas del café de la entrada. Viste de oscuro. Le sirven un café cortado, en vaso pequeño. Ella pide un momento para recuperar la respiración antes de comenzar la entrevista: está hace días con una alergia complicada con un asma, que la hace toser con frecuencia.
Pero Jeannette Jara (50 años, administradora pública y abogada) no se detiene. Sabe que la campaña debe ser todo terreno, porque el tiempo corre veloz hacia las primarias oficialistas que se realizarán el 29 de junio, donde competirá con Carolina Tohá (Socialismo Democrático), Gonzalo Winter (Frente Amplio) y Jaime Mulet (FRVS). La exministra del Trabajo estuvo recién de gira en el sur. Está planificando una muy pronto en el norte. Y ya tiene a la vista el primer debate, que será el 29 de mayo en la radio ADN.
En las últimas semanas ha debido tocar -y explicar- reiteradamente temas que ella misma o su partido ponen en la conversación. Como si Cuba es o no una democracia, si un próximo gobierno suyo incluirá el fin de las AFP o si en el caso de que resultara electa candidata presidencial de todo el oficialismo renunciaría a su militancia comunista, tema que enunció y que luego fue desdiciéndose.
– Ha dicho que algunos la definen como comunista radical, otros como comunista neoliberal, y otros como comunista socialdemócrata. ¿En qué lugar de ese espectro se ubica usted misma?
– Antes que todo soy una mujer de izquierda, ahí está mi identidad. Y trabajo bien unitariamente con otros sectores, incluido el centro. Creo que uno no tiene que ser necesariamente de otro sector político o de otra vereda para tener la posibilidad de conversar con los demás. Por el contrario, creo que ahí está el mérito de la política. Pero yo me defino como una persona de izquierda.
– ¿Más que una militante comunista?
– Mi primera definición es que soy una mujer de izquierda, que tiene su domicilio en el Partido Comunista.
– ¿No le pone adjetivo a su militancia comunista?
– No, se lo dejo a la creatividad de los demás.
– ¿No le hace sentido ninguno de esos que otros le han puesto?
– La verdad es que no y daré una respuesta más de fondo. Veo eso y sólo me hace pensar en qué prejuicio hay detrás de cada persona para creer que puede encasillar a otro de acuerdo a lo que ella misma cree. Y en mi caso, va de una esquina a la otra. Entonces digo: “¿Para qué me voy a desgastar en esas disquisiciones?” Mejor me concentro en lo que sé que soy.
La militante y el partido
– Empezó a militar a los 14 años. Viene de una familia de izquierda, pero sin tradición comunista. ¿Por qué optó por el PC?
– Lo digo, pero nadie me cree. Lo que me llevó a militar, que es lo mismo que hasta ahora me mantiene en la militancia, es que me gusta combatir la injusticia. Esto que suena tan idílico es en realidad el motor de mi vida. No tengo un interés de otro tipo en la política. Hice mi carrera por fuera de la política, me ha ido relativamente bien. Los cargos no son lo que me mueve. El más claro ejemplo es que pudiendo haberme quedado de ministra un año más, ganando sueldo de ministra y ya habiendo hecho el trabajo que había hecho, tomé este otro camino que es ir de candidata. Una tarea que si bien puede ser muy difícil, me motiva porque es importante combatir la injusticia, tener mayor justicia social. Yo sé que nadie le cree a los políticos, pero no tengo por qué mentir sobre quién soy.
– Habla de que la impulsa el combate a la injusticia. Pero los militantes socialistas buscan lo mismo, también el Frente Amplio. ¿Qué vio distinto en el Partido Comunista?
– Francamente, en un principio fue algo menos reflexionado de lo que uno se puede imaginar. En el movimiento estudiantil en el que entré a militar, la presencia de las Juventudes Comunistas era la más potente. Entonces, me decanté naturalmente hacia allá. Y se ha mantenido en los años, a pesar de que uno puede tener a veces diferencias u opiniones distintas. La gente que milita en el PC es algo que a mí me hace estar permanentemente, los militantes de base son gente buena, generosa, preocupada del otro.
– Pero también hay que lidiar con la directiva de un partido. Más aún cuando se es candidata. ¿Cuánta libertad tiene hoy para tomar decisiones y cuánto debe transar con el PC?
– El más claro ejemplo que puedo dar al respecto para no empezar a teorizar es mi opinión sobre Venezuela, que es contraria a lo que el partido opina. Eso deja claras las cosas porque se ha teorizado bastante y algunos han tratado de insinuar, no sólo como un comentario de análisis, sino también de cierta forma interesada, que como candidata del Partido Comunista sería como una especie de títere de las decisiones que se toman en la sede del partido.
«Se ha teorizado bastante y algunos han tratado de insinuar, no sólo como un comentario de análisis, sino también de cierta forma interesada, que como candidata del Partido Comunista sería como una especie de títere de las decisiones que se toman en la sede del partidos».
¿Tajantemente afirma que eso no es así?
– Sólo que lo insinúen o me lo pregunten me parece una tremenda falta de respeto. Me pregunto si a un líder masculino le harían esa pregunta y te aseguro que no.
– ¿Cree que es un tema de género?
– Creo que hay harto de eso. Y también de otras consideraciones que pretenden como estigmatizar al PC.
– Ha explicitado sus diferencias con su partido sobre Venezuela, pero en el caso de Cuba…
– También tenemos diferencias.
– Hace pocos días, el presidente del PC, Lautaro Carmona, dijo que Cuba era una democracia avanzada. Antes, en su primera entrevista como candidata, usted habló de una democracia diferente. ¿Esa es su postura?
– Sí, es la que ya dije. Esta es la vez número 50 que me hacen esta pregunta.
– ¿Pero es distinta su postura a la del presidente del partido?
– Voy a plantear otro tema que tiene que ver con eso, y es que a veces piensan que en el PC somos una secta, que pensamos todos iguales. Eso ocurre porque nosotros trabajamos bajo un principio que se llama “la discusión más plena, pero la unidad en la acción”: nos ponemos de acuerdo hacia adentro, con todas nuestras diferencias y matices que no son menores. La unidad en la acción no quiere decir que no existan opiniones distintas. Y es normal, pues somos un partido, no una secta.
«A veces piensan que en el PC somos una secta, que pensamos todos iguales».
– Lamento volver a lo de Cuba, pero no queda claro si usted lo considera o no democracia…
– Ya me referí al tema. En esa primera entrevista que di. El debate es sobre Chile, y yo no voy a contribuir a que algunas personas sigan intentando llevarlo a Cuba.
– No es llevar el debate a Cuba, sino entender bien.
– Mira, el lunes estuve en Concepción y en la radio Biobío estuvieron 25 minutos preguntándome de Cuba, en una entrevista de 35 minutos.
– Aquí va a ser menos. Pero se nota que el tema la incomoda.
– Ya no me incomoda, pero me han preguntado lo mismo 50 veces en tres semanas.
– Algo más anecdótico: ¿ha estado en Cuba, en Venezuela?
– En Cuba, de vacaciones.
– ¿Cuándo?
– En el 2006.
– ¿Le gustó el país que vio?
– …
– Ok, pasemos de Cuba. ¿Y China?
– No he ido nunca. No soy una persona buena para viajar.
– Sólo para cerrar el tema de los países de afuera…
– ¿Norcorea?
– No. ¿China es una democracia para usted?
– Francamente, preferiría que hablemos de mis propuestas para Chile, si se puede.

Del PC a la DC
– ¿Se pone realmente en el escenario de ser Presidenta de Chile?
– Sí, y me siento preparada. No me sé todas las respuestas, pero hay varias que sí y además conozco harto el Estado desde adentro. Y harto al sector privado.
– ¿Qué lecciones saca del proceso de este Gobierno, en que el Presidente y el gabinete muchas veces han cambiado de actitud, lo que algunos atribuyen al concepto de “otra cosa es con guitarra”?
– Desde mi perspectiva, siempre supe que esto no iba a ser fácil. Los que han girado en su forma de pensar, inclusive el propio Presidente, es meritorio. Todos hemos hecho aprendizajes, pero en esa crítica en particular de lo que llaman “otra cosa es con guitarra”, yo por lo menos no me sentía interpelada. En mi caso no esperaba ser ministra del Trabajo, nunca pensé que fuera probable que alguien me nombrara ministra. No por falta de capacidad, sino que porque no pertenezco al círculo donde generalmente se nombran los ministros. No estoy en esas redes.
– ¿Y cómo llegó ahí?
– Teillier me propuso.
– ¿Teillier se lo propone al Presidente?
– Sí. A nombre del partido.
«Todos hemos hecho aprendizajes, pero en esa crítica en particular de lo que llaman “otra cosa es con guitarra”, yo por lo menos no me sentía interpelada. En mi caso no esperaba ser ministra del Trabajo, nunca pensé que fuera probable que alguien me nombrara ministra».
¿Usted conocía al Presidente?
– No. Así que eso que dicen que el Presidente nombra a puros amigos, no… Y adentro del gobierno me propuso Camila (Vallejo). Yo lo sé, aunque la única persona que no me lo ha dicho es ella. Para que vean, la gente del partido es así.
– Volvamos al escenario de usted como Presidenta. ¿Ha pensado quién podría ser su ministro de Hacienda?
– Sí, claro.
– ¿Quién?
– Lo que pasa es que ella no sabe.
– Bueno, que se entere por esta entrevista…
– Hay varios nombres que me gustan. Por ejemplo, la Paula Benavides. Me gusta harto además Javiera Petersen y Heidi Berner. A las tres las encuentro buenísimas, sería una difícil elección. Ninguna lo sabe, se van a informar por el DF.
– ¿Ha pensado quién podría ser ministro del Interior?
– ¿Quieres que te tire el gabinete completo?
– Esos dos ministerios no más, son importantes.
– Pero si lo digo ahora, lo voy a quemar….
– ¿Es alguien activo políticamente?
– Sí.
– ¿Está en el Gobierno ahora?
– No. Estoy pensando en gente que está en el Parlamento… Pero va a depender mucho de cómo se configure la alianza.
– ¿Podríamos sorprendernos con partidos que hoy no están?
– De partida, la DC.
– ¿Se ve Presidenta con una coalición del PC a la DC?
– Sí claro… porque me gustaría que fuéramos mayoría y para eso tiene que ser de centroizquierda. Por dos razones. Una, por algo electoral y hay que ser sumamente transparente en eso: la izquierda sola no es mayoría. Y las batallas testimoniales a mí no me parece que sean las que se requieren este tiempo, sobre todo con la ultraderecha golpeando la puerta. Pero además por una segunda razón: en mi experiencia, con todos los demócrata cristianos que trabajé ha sido un trabajo muy bueno. Con Alberto Undurraga en la comisión de Trabajo (de la Cámara), logramos muy buenos avances. Con Eric Aedo en la comisión de Hacienda…
«Me gustaría que fuéramos mayoría y para eso tiene que ser de centroizquierda. Por dos razones. Una, por algo electoral y hay que ser sumamente transparente en eso: la izquierda sola no es mayoría. Y las batallas testimoniales no me parece que sean las que se requieren este tiempo, sobre todo con la ultraderecha golpeando la puerta».
– Si gana la primaria, de cara a la primera vuelta, ¿cómo sale a conquistar votos, sobre todo considerando el anticomunismo que existe?
– Diría que más que un convencimiento ciudadano del anticomunismo, lo que hay hoy es una estrategia electoral que trata de levantar el anticomunismo.
– ¿Pero cómo se conquistan los votos más allá del PC?
– Si soy la candidata de la centroizquierda, si es que la DC se suma, eso se tiene que dar naturalmente. Pero más allá de lo que haga yo, lo más importante es lo que hagan las personas en sus propios corazones, que dejen el miedo detrás y que todos estos mitos medio antiguos se den por superados en una sociedad que tiene que incluir a todos. Se trata de estigmatizar a los comunistas chilenos como antidemocráticos y aquí los únicos que han sufrido la falta de democracia han sido los de izquierda, entre ellos los comunistas.
– Si en su gobierno ocurre una relación sentimental entre sus ministros de Hacienda y de Interior. ¿Usted sería de la posición de transparentarlo inmediatamente, para evitar cualquier suspicacia?
– Pediría que se transparente inmediatamente.
– ¿Por qué?
– Porque creo que es importante. Si bien no fue mi caso, porque yo trabajé todos los días con el ministro Marcel y no puedo decir que hubo un trato distinto. Pero ese es mi caso, no sé los demás. A lo mejor los demás hubiesen también querido saber. Además, porque no se tiene por qué ocultar. Yo soy de la idea de que las cosas se tienen que transparentar en su momento.

Seguridad
– Está claro que seguridad es una de las prioridades de los chilenos y está en su programa también. ¿Siendo una candidata que representa a gente que en su momento estuvo muy en contra de Carabineros, cómo la ciudadanía le cree ahora?
– Creo que es bien propio de la política que en el proceso en el cual hemos vivido después del estallido social, de la pandemia, con el aumento de la delincuencia y el crimen organizado, desde mi propio partido y los partidos de la izquierda se ha ido cambiando en torno a los temas de seguridad. Y eso es una buena cosa, es muy positivo. Porque realmente si a la izquierda no le preocupara la principal urgencia ciudadana, estaríamos en el peor de los escenarios.
Y se explaya: “Hay que tomar conciencia de esto. O sea, el riesgo al que se enfrenta a Chile en una escalada que no tenga retroceso, que no pueda contenerse y visto lo que ha pasado en otros países, es algo que tenemos que tomar plena conciencia. Entonces, si nosotros queremos hacer transformaciones y ser un gobierno transformador como se promueve siempre desde la izquierda, las condiciones mínimas de gobernabilidad tienen que darse. ¿Cómo vas a transformar un país si las personas al día siguiente no saben si va a pasar o no el camión de la basura, si van a pasar a podar los árboles o si van a haber carabineros que resguarden su seguridad? Me parece indispensable”.
– ¿Y esto va acompañado de irrestricto respaldo a Carabineros?
– Sí, claro. Fortalecimiento a Carabineros. No saca nada uno con respaldarlo con palabras. ¿Cómo dice el dicho? Hechos son amores, no buenas razones. En Chile todos son pro Carabineros, pero a la hora de los quiubos los que lo dicen fueron los que menos invirtieron en Carabineros, dejaron más tirada la institución, que cuando entramos al Gobierno tenían mil autos en pana. Esa es la realidad. Usan la palabra carabineros para hacer propaganda, pero no los fortalecieron en nada. Y yo espero en mi gobierno hacer más gestión en Carabineros.
«Yo espero en mi gobierno hacer más gestión en Carabineros».
– Interesante el cambio del discurso, porque al principio se hablaba desde la izquierda de una refundación de Carabineros..
– Pero en mi caso no…
– En ese sentido, ¿su gobierno sería más bien transformador que refundacional?
– Claramente. La política para mí es un proceso y los cambios no se producen de la noche a la mañana, ni por puro voluntarismo. Chile va acumulando cambios. Por ejemplo, Chile Crece Contigo parte como con tres prestaciones y hoy día es tremendo programa de apoyo a la primera infancia. No creo en este tema de que tú apagas la luz, prende la luz y mañana conmigo todo es perfecto. En eso soy súper clara.
– La han criticado por haber usado la polera del perro Matapacos. ¿Se arrepiente de haberlo hecho?
– Cuando me la puse ese día, me la habían regalado recién y la verdad no lo tomé con la literalidad que algunos suelen leerlo. Me parece que lo que pasó en el estallido social es mucho más profundo en la sociedad chilena que hacer una lectura simple del nombre de una polera. Me la puse como un símbolo de lo que representan los dolores del estallido.
“Lo más probable es que el fin de las AFP no se produzca tan rápidamente”
Con baile incluido, hace menos de dos meses la entonces ministra Jara celebraba la promulgación de la reforma de pensiones. Fue una década de discusión, de varios fracasos para sellarlo con una reforma que, tal como ella ha reconocido, antes de que se alcanzara el acuerdo, incluso la hizo llorar de frustración.
“No vamos a guardar la plata debajo del colchón, sabemos que tiene que estar invertida”, responde la abanderada PC, cuyo programa impulsa terminar con las AFP, una promesa que también tenía el actual Gobierno y que, por no contar con mayoría parlamentaria, no pudo cumplir.
– Usted fue una de las figuras clave en este acuerdo, que costó más de una década. Y el sistema previsional se debe mirar a largo plazo. ¿Qué sentido tiene plantear hoy el término de las AFP?
– Lo primero que quiero señalar respecto a la reforma de las pensiones es que si soy Presidenta de Chile, me voy a dedicar a su implementación. Lo segundo es que no renunciamos al horizonte de que en nuestro país existan en la seguridad social instituciones que sean representativas de esa naturaleza, de derechos sociales, más que empresas con fines de lucro dedicadas a hacer un negocio con las pensiones. En ese contexto, habiendo una mayoría social y política que lo permita, creo que es bueno que sean otras las instituciones que estén en la seguridad social. Bien pueden ser del sector privado, pero alineados con los intereses de la seguridad social, por ejemplo, como las mutualidades en el ámbito de la salud laboral. Lo más probable es que el fin de las AFP no sea una cosa que se produzca tan rápidamente. En eso estoy sumamente clara, porque he visto la resistencia y el poder que tienen, pero partir generando una verdadera alternativa pública que le permita a las personas elegir ya puede ser una buena idea.
– Un ente estatal.
– Claro, con las mismas reglas, como BancoEstado.
– ¿En cuatro años de gobierno, se compromete a terminar con las AFP o más bien va a empezar un tránsito hacia ese camino?
– Lo más probable es que empiece un tránsito, pero lo que ocurre siempre es que lo rápido o lo lento de los cambios no es que los defina una persona, sino la mayoría social y política que hay en ese momento. Y eso lo vamos a saber después de las elecciones.
– ¿Ve esta reforma como un primer paso para seguir abriendo la puerta?
– Esta reforma es bastante estructural, o sea, no es que sólo se abrió la puerta y ahora vienen 50 cambios más. Lo que sí creo es que pueden habilitarse futuros cambios, que la mejoren, que la profundicen, que generen más competencia, que implique la alternativa de un inversor estatal y eventualmente el fin de la AFP, si es que hay una mayoría para eso.
– ¿Entonces, cómo convive esa reforma estructural con un cambio tan radical como terminar las AFP?
– El tema de los cambios que vienen en el sistema AFP no se refieren sólo a la AFP, sino a cosas que no quedaron contempladas en la reforma. Por ejemplo, el tema de los cuidados. No hay lugar donde vaya que no me pregunten cómo en la reforma se va a reconocer a las cuidadoras.
– ¿Es usted una convencida del crecimiento económico? ¿Cómo lo enfoca?
-Compartiendo la necesidad de que Chile necesita crecer más -porque es algo transversal en la sociedad chilena- este crecimiento debe tener dos características. Primero, debe ser transversal, principalmente porque cuando no lo ha sido, dadas las nuevas exigencias del mundo, las industrias han tendido a desaparecer. Por ejemplo, en parte lo que ha pasado en Huachipato con la siderúrgica. Y en segundo lugar, debe ser un crecimiento que junto con llegar a los sectores empresariales, llegue a la mesa de todos los chilenos; o sea, un crecimiento con trabajo decente y buenos salarios.
Caso ProCultura: «Esperamos que se aclare lo más rápido posible»
-¿Cuál es su mirada respecto de lo que se ha conocido en las últimas horas sobre indicios de financiamiento irregular que vendrían de Procultura y donde ha salido mencionada la campaña del Presidente Boric?
-Lo primero es decir que desde el tiempo que yo he conocido al presidente Boric, tengo una muy buena opinión de él. Creo que es una persona muy honesta, que ha conducido el país asumiendo muchas veces decisiones en las cuales ha tenido que hacer cosas que originalmente pensaba de forma distinta. Dicho esto, quiero decir que hoy día cualquier causa judicial que esté produciendo filtraciones, a mí no me corresponde pronunciarme y seguramente, como el mismo presidente Boric lo ha dicho, se va a contar con todas las garantías para llevar adelante las investigaciones porque, como él mismo lo ha señalado varias veces, todos somos iguales ante la ley.
-¿Conoce a Alberto Larraín o a alguien de Procultura y qué relación tiene con ellos?
-No lo conozco personalmente, sólo lo he visto en medios.
-¿Cómo evalúa el hecho de que el Frente Amplio llegó al poder con una postura de superioridad moral, tal como lo dijo en su momento el exministro Giorgio Jackson y posterior a esos dichos, hemos sido testigos de una serie de casos que han golpeado a ese sector, como Convenios, ahora Procultura. ¿Lo considera un error?
-Siguen siendo trascendidos de prensa y esperamos que se aclare lo más rápido posible, que se sepa pronto la verdad, porque tampoco es positivo para la democracia que se ponga un manto de duda sobre un partido, en este caso actualmente en el FA.