El Comité Regional del Partido Comunista de Magallanes, convoca al partido y a su juventud; a las amigas y amigos de los comunistas; al Pueblo de Magallanes, a participar activamente en nuestro Congreso.
Iniciamos, y viviremos nuestro principal evento partidario, en medio de la histórica y trascendental lucha por ganar el plebiscito, que no puede postergarse ni dejarse de lado. Es indispensable nuestra presencia, con todo el compromiso y entrega de siempre en la lucha ideológica y en las acciones de propaganda, pero también en la necesaria defensa del voto.
Es una responsabilidad que el partido debe asumir a plenitud.
Nuestro Congreso se realiza en medio de la Pandemia de COVID – 19, cuya salida es aún impredecible. La Pandemia ha acentuado a niveles históricos, por su profundidad y magnitud, la crisis económica y social que estuvo en la base del histórico estallido social del 18 de octubre del año pasado.
La pérdida de empleos para casi tres millones de trabajadores y trabajadoras crea un cuadro muy complejo para la mayoría de las familias chilenas. En Magallanes estas cifran bordean el 9% (8000). Asi, Aumenta las tasas de pobreza y desigualdad, y provoca una profunda desesperanza, ante la indolencia con que se han tratado los temas sociales.
Las medidas anunciadas y las puestas en práctica por el gobierno, no cumplen con las expectativas y necesidades de la población. La crisis recae principalmente sobre las espaldas de trabajadores
Como nunca antes emerge con tanta claridad la contradicción entre neoliberalismo y democracia.
El neoliberalismo anula la posibilidad de fortalecer la democracia: una democracia más igualitaria, participativa, inclusiva y realmente representativa. El neoliberalismo no garantiza derechos, ni pone, en el centro del desarrollo económico, la creación de puestos de trabajo y sueldos dignos. Anula el papel del estado, le asigna el carácter de subsidiario y de ente represor de las demandas populares. En los hechos no existe un estado solidario, rector del desarrollo del país; todo queda concentrado en manos de la gran empresa privada y entes financieros, haciendo del lucro su principal objetivo.
Cada vez más la confrontación política, ideológica, social y cultural se da como una lucha entre los que defienden el modelo, la actual constitución pinochetista y la institucionalidad que lo sustenta, y un pueblo que lucha y alza su voz potente, cada vez más consciente de la necesidad de buscar nuevas formas de entender la sociedad, la política y la economía.
Como nunca hasta ahora se ha llegado a una situación tan clara de que es posible avanzar hacia cambios constitucionales y del modelo. El pueblo ha impuesto un proceso constituyente que la derecha quiere por todos los medios amañar, para frenar los cambios. Otros quieren apropiarse del proceso, concentrando su dirección hegemónica en desmedro de la soberanía popular.
Nuestra idea central del periodo, nuestra tesis principal, es que la persistencia de la lucha del pueblo de Chile, entendiendo el momento como un punto de inflexión, puede constituir una derrota de magnitudes estratégicas al neoliberalismo y la derecha en nuestro país, abriendo un ciclo de transformaciones profundas en base a un movimiento social organizado; protagónico y deliberante.
Es evidente que lograr concretar las demandas y objetivos ya enunciados por el pueblo soberano, sólo será posible con su participación activa, y a la ofensiva.
El movimiento social, los sindicatos, y las múltiples y diversas expresiones territoriales, son el gran actor de los cambios.
Teniendo a la mano los resultados del Plebiscito, se afinará las campañas electorales y se proyectarán hasta la campaña presidencial, para lo cual el Congreso establecerá las bases de un programa presidencial.
La creciente incidencia social y política del partido se expresa en una definida posición respecto del mundo social y sus demandas; en el posicionamiento del compañero Daniel Jadue en todas las encuestas presidenciales; encuestas en las que también el nuestro partido aparece EN UN BUEN PIE, en mediciones como la intención de voto.
Se incrementa la presencia de muchas dirigentas y dirigentes sindicales y sociales de nuestras filas, de concejales y cores, así como proyectos DE LEY impulsados por la bancada del partido.
También aumenta el que hacer emblemático de nuestros/as artistas; la expresión juvenil de nuestra militancia (JJCC), siendo hoy la juventud política más numerosa, activa e insidente.
Para cada proceso electoral nos planteamos puntos concretos. En la Municipal, el partido ya tiene un Programa y un conjunto de ideas que deben estar presentes en el Congreso. En la elección de gobernadores, las candidaturas serán inscritas junto a un programa de gobierno regional, el énfasis estará en nuestra política de descentralización del poder y todas ellas impregnadas con el sello que impongamos al proceso constituyente.
En Magallanes nuestro compañero y actual consejero regional, Juan Vukucic es nuestro candidato a Gobernador Regional.
Tenemos que avanzar aun más en la nominación de candidatos y candidatas para todas las elecciones, al lo largo y ancho del país.
Para el Congreso Nacional deben estar las plantillas completas.
En cuanto a campaña presidencial, ante la creciente irrupción del compañero Daniel Jadue, han surgido varios nombres en la oposición. Ante tal florecimiento de candidaturas, previendo la posibilidad de una amplia victoria en el plebiscito, el partido, frente a las declaraciones de algunos conglomerados opositores de ir directo a la primera vuelta, debe mantener clara su disposición a primarias de toda la oposición. Es la mirada estratégica más consecuente teniendo en cuenta que el próximo gobierno tendrá que desplegar en todo su alcance la nueva carta fundamental, lo que no puede quedar en manos de la derecha.
En todo caso, el PC debe estar preparado para todas las variantes. Primero, extendiendo y diversificando el trabajo de Daniel Jadue. Segundo, avanzando en ideas programáticas de gobierno.
La lucha de este periodo, signada por la exigencia en todos los ámbitos de ampliación de derechos sociales y ruptura con los parámetros de convivencia neoliberal, refleja un potente cambio de era, con implicancias en la esfera cultural, social, política y económica, que demuestra el fracaso del neoliberalismo y a la vez, la exigencia social creciente y mayoritaria de que nuestro país se dote de un sistema político y económico que ponga al centro la dignidad humana.
La forma que adquirió la represión después del 18 de octubre; la violación generalizada de derechos humanos; la instalación de conceptos, bajo la excusa de enfrentar la violencia y la delincuencia, que son criminalizadoras de la demanda social; las cartas de ex generales hacia el interior de las Fuerzas Armadas empujándolas a una actitud deliberante, sin que ello reciba respuesta adecuada, ni del gobierno, ni del Ministro de defensa, ni de los altos mandos, crean confusión y en algunos sectores de la sociedad, temor. El Presidente ha expresado que el gobierno espera un estallido 2 y que ahora si está preparado.
Solo ayer vimos otra muestra de la brutalidad con que actúa Carabineros, Institución absolutamente desprestigiada, que requiere de una urgente reestructuración, ya que hoy registra el triste record de contar entre sus filas con estafadores, ladres, traficantes y violadores.
El antidemocrático paro de camioneros, coludido totalmente con el gobierno, son una muestra clara de un camino autoritario que, en nuestro continente, ya se ha producido en varios países.
Ante esta actitud y posición del gobierno de la derecha, queda claro que no están dispuestos a perder sus privilegios y que harán todo lo posible por entrampar el cambio de constitución.
Otros sectores políticos pretenden adueñarse y tutelar el proceso constituyente, una posición política deleznable dado que la titularidad de este proceso le compete evidentemente al pueblo movilizado. Quienes buscan reponer nefastas políticas de “consensos” que emanaron de la transición pactada, deben asumir que Chile Despertó y hay plena conciencia que, también, el pueblo busca superar esos treinta años.
Debemos avanzar hacia un Estado Social y Democrático, cuya Constitución sea una Constitución de derechos, que distribuya el poder político mediante una democracia participativa y avanzar resueltamente hacia la distribución justa del poder económico.
Como propuesta de síntesis de contenidos, podríamos afirmar que la soberanía debe radicar en el pueblo y Chile debe ser una república democrática representativa, paritaria y participativa con visión de género en todo el texto. Por eso hemos hablado de un Estado social y democrático de derechos.
El marco económico constitucional debe apuntar hacia una economía abierta y mixta, cuya fisonomía puede y debe variar, pero siempre permitiendo que el Estado pueda participar de manera estratégica en la actividad económica de la matriz productiva, buscando la diversificación y la creación de valor en Chile. Ello potenciará la calidad de empleo y, por ende, la educación y la ciencia en Chile, lo cual contribuirá al fortalecimiento cultural de las personas.
La formación educacional y cultural debe ser considerada un activo para el bienestar del pueblo y un aporte en la conciencia.
Es preciso un nuevo proyecto de desarrollo
El neoliberalismo chileno se caracteriza por poseer un patrón de acumulación rentista, concentrador de la propiedad y también de la riqueza. Las espectaculares ganancias de los grupos económicos locales y transnacionales se basan en una explotación indiscriminada de recursos naturales con bajo valor agregado, y también por la posición monopólica que detenta el gran capital en actividades financieras y de servicios.
La base productiva del país está caracterizada por una alta concentración alrededor de industrias con facilidad para extraer rentas, y que, por lo mismo, no necesitan de una constante innovación al estilo de la “competencia clásica capitalista”. Esto implica una baja sofisticación tecnológica y de conocimientos en nuestra economía.
Esta economía de casino se caracterizaría por una recompensa a los captadores de rentas que están por encima de verdaderos creadores de riqueza, desincentivando las actividades productivas.
Esto debe cambiar.
Se necesita una profunda intervención del estado en la redistribución de la riqueza entre capital y trabajo, la que requerirá de políticas industriales, comerciales, tributarias y laborales que se enmarquen en un desarrollo sostenible.
El cambio en la matriz productiva debe permitir el surgimiento de nuevos sectores manufactureros, revirtiendo así la desindustrialización que se ha provocado décadas de expansión del neoliberalismo.
La recuperación de las riquezas naturales en poder de grupos económicos locales y trasnacionales es fundamental.
La Convocatoria al Congreso pasado “nos planteó la necesidad de acelerar con sentido de urgencia el ritmo de construcción y crecimiento cualitativo del sujeto principal que hemos definido para el proceso histórico en curso”.
De la independencia de clases de los trabajadores y su organización sindical, en tanto sector ampliamente mayoritario de la sociedad, depende de manera sustantiva el carácter de los procesos políticos y sociales.
A poco más de tres años del último Congreso, es necesario hacer algunas reflexiones para afirmar el camino y apurar el tranco. El objetivo es seguir fortaleciendo el sujeto principal, en tiempos intensos y muy dinámicos de la lucha de clases.
La experiencia de estos años nos indica que los trabajadores por el solo hecho de vender su fuerza de trabajo no se constituyen en el sujeto principal. Es a través de la organización sindical que los trabajadores y trabajadoras pueden dar paso a luchas de mayor envergadura. No obstante, no es simplemente organizarse la condición para ello, sino que es precisamente en este terreno donde se libra la disputa por la conciencia de la clase trabajadora y donde tiene sentido el rol que pueda jugar nuestro partido en esta disputa de conciencias.
Las organizaciones sindicales pueden ser organizaciones corporativas, acotadas únicamente a sus reivindicaciones inmediatas, o pueden ser organizaciones que tal como nos señalaba Luis Emilio Recabarren, disputen las condiciones de trabajo y sociales desde la lucha sindical y política.
Ese sindicalismo de carácter socio político, es el que transforma a la clase trabajadora en sujeto principal y es lo que da sentido a la política de nuestro Partido como partido de clase. Por ello. señalamos que no basta con declarar que los trabajadores y trabajadoras son el sujeto principal, esta definición exige de nuestro partido un trabajo incansable en la lucha y disputa de las conciencias, estar presentes y crecer en militancia en el mundo sindical, toda vez que asumimos que las más profundas transformaciones, sociales y económicas podrán desarrollarse de la mano de la fuerza organizada de la clase trabajadora dado el lugar preferente que ocupa en la lucha de clases y en la superación de la contradicción capital/trabajo.
En este sentido, lo vivido al calor del estallido social, desde una perspectiva de clases, nos deja lecciones que el partido debe analizar en su Congreso, para empujar con mayor fuerza nuestra política en este periodo.
LUCHA CONTRA EL PATRIARCADO Y POLITICA DE GÉNERO.
El Congreso Nacional, junto a nuestro análisis de clases, debe poner de relieve una visión feminista de la sociedad, que ratifique la plena igualdad de hombre y mujeres, el fin del patriarcado y una relación entre géneros que excluya la violencia de género, en especial la violencia contra las mujeres y los atentados contra sus derechos.
Históricamente, la lucha de clases se ha manifestado “contra todo abuso”. Por eso es importante reconocer que, la lucha de clases no sólo se puede reducir al ámbito económico, sino que debe superar el capitalismo, es decir, la lucha contra la hegemonía ideológica, política, cultural y económica dominante. Así mismo, esta lucha es contra el patriarcado como el sistema ideológico cultural y material que ha convivido con el capitalismo. Capitalismo y patriarcado son un matrimonio bien avenido que nos explota como clase, pero a su vez, explota como género a las mujeres (y de manera distinta dependiendo de las diversidades y las identidades de género diversas).
Por eso, la lucha feminista es en contra el patriarcado, para permitir la liberación de las mujeres y la construcción de relaciones de género colaborativas y de solidaridad, no opresivas, discriminatorias ni violentas. Como partido debemos formarnos más en los debates feministas, entender cómo opera estructural, ideológica y concretamente el patriarcado en nuestra sociedad, y asumir autocríticamente que aún existe militancia que no entiende o no quiere incorporar estos debates a nuestro quehacer militante cotidiano.
No podemos supeditar la lucha por la emancipación y la igualdad sustantiva de las mujeres y de la diversidad sexual, sólo a la lucha de clases. Desde ahí constatamos que el movimiento social y político de mujeres y feminista se ha venido desarrollando con fuerza desde hace varios años, y ha permitido elevar la conciencia de que se necesita luchar contra el capitalismo y el patriarcado al mismo tiempo.
En el ámbito internacional Los pueblos viven en carne propia los efectos dramáticos de una situación sólo comparable con las más agudas crisis del capitalismo que han azotado a la humanidad a partir del siglo pasado.
Este fracaso ha provocado múltiples estallidos sociales en todas las regiones del mundo contra el despojo de los derechos laborales, el empobrecimiento generalizado, el racismo, la xenofobia y diversas formas de discriminación, contra la destrucción del medio ambiente y las agresiones militares, por el derecho de los pueblos a definir soberanamente su propio destino y contra el intervencionismo.
Estas y otras materias de carácter internacional, también serán analizadas en nuestro congreso.
La lucha de los pueblos originarios, y del pueblo mapuche en particular, es una lucha de siglos que enfrenta el exterminio, la asimilación y negación de su condición de pueblo y primeras naciones; pero también es una lucha que tras la dictadura expresa su voluntad de pueblos contrarios al neoliberalismo, y a un Estado que los despoja y depreda sus territorios.
Nuestros Pueblos Originarios, cuentan con una identidad que se fortalece, así lo refleja la creciente auto identificación en todos los estudios cuantitativos y cualitativos que cifra a los pueblos originarios en más de 2 millones de personas que se auto reconocen como parte de un pueblo originario, y con una lucha que se legitima y se hace propia por parte del pueblo de Chile.
El accionar de este gobierno se encuentra en franca violación de tratados internacionales suscritos por Chile y que deben ser respetados, entre ellos el Convenio 169 de la OIT, que establece que todas las políticas públicas deben ajustarse a las características económicas, sociales y culturales de los pueblos originarios, incluidos tipos de sanción distintos del encarcelamiento. Como así también y de manera central el derecho a perseguir la Autonomía y Libre Determinación.
El Estado de Chile tiene una Deuda Histórica con los Pueblos Originarios y en especial con el pueblo nación Mapuche que no puede seguir negando. Las privaciones y exclusiones de los pueblos, la negación de sus derechos integrales son la consecuencia de una historia de abusos y violencia institucionalizada, y estas solo serán reparadas cuando el Estado deje de ser un instrumento del neoliberalismo.
En este cuadro político y social, donde las exigencias mayoritarias para una nueva constitución y un nuevo modelo de desarrollo son las principales demandas de los pueblos que habitan Chile, es fundamental profundizar y perseverar en el carácter plenamente democrático del Estado en Chile. En base a una expresión profunda de la democracia, que reconozca e incluya a plenitud los derechos políticos, sociales y culturales de los Pueblos Originarios.
EL PARTIDO COMUNISTA
En la discusión congresal, el partido hará un análisis crítico y autocritico de su trabajo desde el anterior congreso hasta el presente. Debe considerar en cuánto se ha avanzado en constituirse en un partido de masas, de alta incidencia.
Debe analizar su participación en el gobierno de la Nueva Mayoría, de la cual se necesita asimilar las experiencias positivas y negativas con vistas a las próximas disputas por el poder.
También someter a análisis los resultados electorales generales y también en elecciones sindicales y organizaciones donde se expresa el pluralismo ideológico. Su participación en las organizaciones territoriales, estudiantiles, académicas, culturales y aquellas que promueven los “llamados temas nuevos”.
Debe asumir la nueva realidad surgida de la irrupción del feminismo y también y en especial lo que fue el estallido social y su proyección y la pandemia y sus consecuencias.
Debe haber avances y superación de todo aquello que en las estructuras partidarias entorpece la puesta en práctica de la política.
El partido asume la plena asimilación a la institucionalidad que permite dirimir situaciones de desacuerdos complejos o trasgresión a los Estatutos (Tribunal Supremo y Tribunales Regionales) y el Equipo de trabajo con el Protocolo que permite tratar las denuncias de violencia, acoso, abuso, hacia las mujeres y disidencias sexuales.
Con las actuales capacidades y características que tiene nuestro partido, con sus debilidades y fortalezas, ha sido capaz de convertirse en un actor político relevante para el avance de posiciones y posibilidades democráticas para el pueblo de Chile, la incidencia del partido en el desarrollo del sentido común popular crítico al modelo neoliberal, la consistencia de nuestras formulaciones y la ética histórica que constituye nuestro andamiaje cultural, tiene un rol importante en este momento.
Pensar la cultura, las artes y el patrimonio, en estos tiempos, pasa por pensar una sociedad más inclusiva, participativa y democrática. Siendo la cultura un espacio de construcción de subjetividades de los hombres y mujeres, nos permite edificar prácticas dotadas de significado, como también fortalecer las relaciones sociales e indagar en las formas de politización de la vida cotidiana.
Sin duda un proyecto cultural para nuestro Partido facilitaría la comprensión de un proyecto de país distinto, donde la justicia, la belleza, la democracia y las humanidades sean el motor de nuestros pensamientos y de nuestras acciones. Esto nos permitiría poner el acento en la alegría, la felicidad, el optimismo, la fraternidad, el canto y la poesía como semillas que crecen al alero de nuestros sueños e ideales y que se proyectan en los sueños e ideales del otro, sin las premuras de este sistema capitalista que nos degrada en nuestra condición de seres humanos. Esto significa construir un proyecto que nos invite a la reflexión efectiva, y no a la inmediatez irresponsable; un proyecto que se oriente a la derrota del abstencionismo, tendencia emergente y enajenante de muy complejo abordaje, ya que el neoliberalismo ha infiltrado en las conciencias de la gente un nocivo apoliticismo, un rechazo a una de las ciencias humanas más nobles; un desprestigio debilitante y negacionista ante hechos que incumben a los derechos humanos, y que relativiza los valores más profundos de la humanidad. Este discurso artificiosamente engañoso ha permeado la conciencia social, instalando en su fuero interno la idea de que cualquier transformación social está condenada al fracaso.
Otro importante tema de discusión es el de las comunicaciones. De cómo afianzar al partido como un instrumento de comunicaciones; de agitación y propaganda; de promotor de ideas. Este aspecto debe ser profundizado en el Congreso, ya que es un factor fundamental en la toma de decisiones, en momentos de disputa electoral o frente a demandas sociales. Por un lado, está el monopolio de los medios principales, y por otro el papel cada vez más influyentes de las redes. Debemos determinar una política y medios que nos permita avanzar en esta área tan determinante de la lucha.
Estos son algunos de los temas que hoy nos preocupan y que nos mantienen en actividad permanente. Son algunos de los temas que nuestro XXVI Congreso analizara.
De estos y otros temas concluiremos en nuestra política para los próximos cuatro años.
Durante los días 7 y 8 de Noviembre daremos forma a nuestro Congreso Regional y será el momento también de renovar nuestros cuadros dirigenciales en las células y en el nivel regional.
La invitación es a seguir trabajando arduamente en sus células, a preocuparse por aquellos compañeros y compañeras que por diversas razones no pueden conectarse a las reuniones. Hagamos los esfuerzos por mantenerlos informados.
Sabemos de las preocupaciones y dificultades enfrentadas por muchos y muchas compañeras, sus familias y amigos, para ellas y ellos, vaya un fraternal saludo y sepan que como siempre, nuestro partido está disponible para acudir al llamado de quien lo necesite.
Hoy recordamos con aprecio a nuestro querido compañero hector tito rubio , recientemente fallecido producto del covid 19.
Han sido días difíciles y lo seguirán siendo , el desgobierno, incapacidad e ineptitud de las autoridades nacionales y regionales son evidentes y se palpan todos los días. Magallanes sufre, la economía está detenida, desde antes de la pandemia, la irresponsabilidad con la que la derecha ha asumido este segundo gobierno es inédita. la permanente utilización del engaño, la mentira y la tergiversación de la información, en complicidad con medios de comunicación, carentes de cualquier ética periodística. hace del actual gobierno un circo permanente .
Es el pueblo de Magallanes, los y las trabajadoras , quienes hoy pagan el costo de la pandemia, trabajando bajo riesgo sanitario, unos. otros sufriendo cesantía y desamparo.
Es el trabajador y la trabajadora la que sufre las absurdas medidas tomadas por el gobierno regional. medidas que lejos de proteger a la población, apuntan a perjudicar, perseguir y responsabilizar a quienes se supone deberían ser el sujeto principal del accionar del estado.
Con todo, nuestro Partido seguirá siendo el instrumento que permite accionar en contra de la injusticia y en pos de la vida digna.
Compañeras y compañeros, amigas y amigos. muchas gracias y buen congreso. Viva el Partido Comunista en Magallanes